Entre la tecnología solar transparente y la energía con lágrimas

La búsqueda de nuevas alternativas energéticas está acercándonos distintas novedades, que aunque hoy puedan sonarnos bastante sorpresivas, forman parte de las hojas de ruta de equipos científicos de distintos países.

La tecnología solar transparente es una apuesta de futuro como energía y como alternativa para la reducción del uso de combustibles fósiles. Así lo entiende el equipo de la Universidad de Michigan liderazgo por Richard Lunt que afirma que las células solares altamente transparentes “representan la tendencia de futuro para las nuevas aplicaciones solares”.

Según explica la revista Muy Interesante, se trata de un sistema de recolección basado en moléculas orgánicas que absorben ondas invisibles de luz solar. Un material parecido a un plástico transparente que se podría usar en casas, teléfonos móviles o en la ventana de un coche.

Los científicos estiman que detrás de la tecnología solar transparente hay un enorme potencial.

¿Y la electricidad con lágrimas?

La lisozima es fuente de energía. Esta proteína que está presente en las lágrimas, en la saliva o en la leche, es capaz de servir como fuente de electricidad. La enzima, en su forma cristalizada, puede manipularse para producir una carga eléctrica.

Esta fue la conclusión de científicos del Instituto Bernal de Limerick (Irlanda), fruto de sus investigaciones que determinaron que al aplicar presión a una película de cristales de lisozima, entre dos diapositivas de vidrio, se produce una forma de energía denominada piezoelectricidad.

Son dos muestras de las posibilidades que se abren en el campo energético, en base a los estudios que llevan años realizándose en las universidades, con los científicos conscientes de que se necesitan nuevas fórmulas para un futuro no muy lejano.